Un artículo reciente en el periódico The Wall Street Journal acerca de cómo Facebook estaba al tanto que Instagram resulta nociva para la salud mental de las adolescentes, muestra por ejemplo cómo más de un 30% de las jóvenes señala que cuando se sienten mal acerca de su cuerpo, entrar a Instagram las hace sentir aún más mal. Si se considera cerca del 40% de los usuarios de Instagram tienen 22 años o menos y que solo en Estados Unidos, más de 20 millones de adolescentes se conectan a diario a esa red social, es claro que debemos prestarle atención a nivel global a cómo este tipo de aplicaciones pudieran tener un efecto negativo en la salud mental de las personas que las usan.
Ahora bien, datos recogidos el año 2015 y publicados en 2020 respecto al efecto negativo que podían tener en adolescentes estadounidenses el acceso a teléfonos móviles y cuentas en RRSS, no eran concluyentes, razón por la cual es relevante seguir esa línea de investigación en diferentes culturas sobre todo considerando lo dinámicas que son las RRSS y todo lo que llevan aparejadas.
Pero otra dimensión de la relación entre RRSS y salud mental que ha despertado interés en el mundo científico, es si la información y publicaciones que hacen las personas en Facebook, Instagram o Twitter, pueden emplearse de forma válida como indicadoras de depresión, es decir, si la cantidad de amigos o el tipo y número de las palabras que usan en lo que se escribe en RRSS, se relaciona con el estar experimentando depresión, un trastorno mental caracterizado por un permanente sentimiento de tristeza, dificultad para disfrutar de las cosas que siempre fueron placenteras para la persona, falta de interés y motivación, problemas de sueño, ideas de desesperanza y otra serie de síntomas y que, según datos de la OMS de 2018, experimentan unos 300 millones de personas de todo el mundo. Por las consecuencias personales y sociales que trae aparejada, la depresión es un problema de salud pública que justifica buscar vías confiables y masivas para ayudar a detectarla.
Un ejemplo de esos intentos lo encontramos en una revisión sistemática publicada en mayo de este año en el Journal of Affective Disorders por investigadores de Canadá y Singapur, en la cual se indagó por el valor que las redes sociales pueden tener entregando información sobre la salud mental de sus usuarios accediendo a datos que de otra manera sería muy difícil tener, específicamente, a si lo publicado en estas redes permite detectar a personas con depresión. Entre los hallazgos de este estudio, aparece que el número de amigos, publicaciones y uso de palabras en Facebook se correlacionan con la depresión, que las palabras escogidas Twitter y el número de palabras por tweet se correlaciona con la depresión y que el patrón de seguidores de Instagram, las fotos y las características del lenguaje empleado, se correlacionan con depresión.
Otro problema de salud mental relevante en población adolescente, es el de las conductas auto-lesivas, que son agresiones hacia sí mismo y que no se realizan con intencionalidad suicida como, por ejemplo, el hacerse cortes en la piel de los brazos o piernas, o hacerse quemaduras en alguna parte del cuerpo.
Dado que no es común el pedir ayuda por estas conductas, las que más bien suelen ocultarse y vivirse en la intimidad, los investigadores están buscando señales en las RRSS que puedan ser una alerta que favorezca a la detección temprana. Un artículo publicado en agosto recién pasado en el Journal of Medical Internet Research, reporta un estudio llevado a cabo en Estados Unidos con una muestra de adolescentes de origen latino entre 13 y 17 años, en quienes se indagó su percepción acerca de la detección automática en las plataformas de redes sociales de publicaciones sobre conductas auto-lesivas sin intención suicida con el consiguiente aviso automático a una figura de autoridad. Los análisis mostraron una disposición positiva hacia las alertas automáticas, las que podrían ayudar a conectarse entre los mismos adolescentes para intentar una ayuda antes de que las conductas auto-lesivas se intensifiquen.
Este tipo de hallazgos muestran que puede haber una oportunidad en el uso de las tecnologías asociadas a identificación y reporte automático de señales de alerta en RRSS de conductas que indican este tipo de problemas de salud mental, lo que obviamente debe ser estudiado en contextos y muestras más amplias y no dejando de lado los aspectos éticos involucrados.
Ps. Patricio Ramírez Azócar
Doctor en Salud Mental
Docente Facultad de Psicología
Universidad del Desarrollo