Fecha: 16 de abril 2021
Nombre presentación: (No) estar molesto: La regulación emocional parental ante el estrés infantil
Expositor: Dra. Marian Bakermans-Kranenburg.
Resumen presentación:
El llanto, la risa y el balbuceo son mediadores esenciales para el sistema de apego, ya que representan señales comunicativas dirigidas hacia los cuidadores para provocar conductas de cuidado. En cuanto al llanto, estudios experimentales han demostrado que las caras de infantes llorando son más salientes que las caras de adultos llorando, e incluso activan regiones cerebrales involucradas con el dolor. Esto indicaría que el llanto infantil es un medio potente para que el adulto comparta el estado emocional del infante, fortaleciendo el vínculo cuidador-infante y así aumentando las probabilidades de sobrevivir de este último.
Por otro lado, estadísticas sobre el “síndrome del niño sacudido” en California indican que la edad de mayor riesgo se encuentra a los 12 semanas de nacido, lo que coincide con el período en donde los bebés lloran más y por más tiempo. En este sentido, el llanto puede gatillar conductas parentales severas como este síndrome.
El nivel de tolerancia al llanto infantil por parte de los adultos es otra variable a considerar en la interacción cuidador-infante y el bienestar infantil. Un estudio indica que padres que tienen hijos con problemas del sueño presentan menor tolerancia al llanto de los niños, responden muy rápido al llanto y atribuyen mayor estrés por parte de los niños que sus contrapartes con hijos saludables o adultos sin hijos. Esto podría ser indicativo de que la sobreactivación parental frente al llanto puede incrementar el llanto infantil y los consecuentes problemas del sueño, al no permitir al niño un entrenamiento mínimo de habilidades autorregulatorias.
Importantemente, el estilo de apego adulto estaría también asociado a la reacción frente al llanto infantil. Para demostrarlo, se realizó un estudio experimental en mujeres adultas sin hijos, quienes fueron expuestas a diferentes tipos de llanto infantil. Los resultados indicaron que aquellas mujeres que tienen un estilo de apego inseguro presentaban mayor activación amigdalar, lo que está relacionado con mayor ansiedad, aversión y activación fisiológica. Además, las mujeres con apego inseguro reportaron mayor irritación frente a grabaciones de llanto y ejercían fuerza excesiva frente a una tarea con una empuñadura. Estos resultados indican que las personas con apego inseguro presentan reacciones más fuertes al llanto, que los pone en riesgo a ejercer conductas severas. Por otro lado, un estudio comparativo entre madres maltratantes y no maltratantes, encontró que las primeras presentaban un menor porcentaje de apego seguro, presentaban respuestas fisiológicas desreguladas frente al llanto y ejercían fuerza excesiva con una tarea de empuñadura tanto frente a señales de llanto del niño como a la risa.
Considerando los factores genéticos y hormonales, se ha encontrado que las reacciones frente al llanto infantil está parcialmente moldeadas por factores genéticos y la hormona oxitocina, a saber; la respuesta cardíaca está moldeada por los genes en un 40-50%, y la oxitocina disminuye la respuesta frente al llanto infantil.
Finalidad: La regulación emocional frente a la angustia infantil tiene un rol esencial en el ejercicio de la parentalidad positiva y sensible. Existen diferentes factores que ponen en riesgo a los padres de ejercer maltrato o respuestas inadecuadas. Dentro de ellos, el estilo de apego de los padres, la reactividad fisiológica y funcionamiento neurobiológico.
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