Proyectos sociales: desafíos que motivan y dan valor al aprendizaje experiencial.
Alejandra Villarroel Gutiérrez y Karina Zuchel Perez
2021 – 2022
Concepción
Proyecto de Innovación docente.
Área social
Potenciar la experiencia de aprendizaje experiencial de la asignatura Diagnóstico y Diseño de Intervención en Redes y Comunidad a través de metodología de aprendizaje por desafío, permitiendo vincular a los estudiantes con problemáticas sociales actuales y la búsqueda de soluciones innovadoras a dichos problemas, a través de un proyecto social, que enriquezca su aprendizaje y fomente el análisis crítico.
El propósito central fue vincular los contenidos teóricos y técnicos del área comunitaria con desafíos reales del entorno, promoviendo la co-construcción de soluciones junto a actores sociales, el trabajo en red y la reflexión sobre el rol profesional del psicólogo/a, lo cual se originó de la necesidad de aumentar la motivación de los estudiantes en la asignatura de DDI de redes y comunidad de la sede concepción, producto de la virtualidad en pandemia.
Se diseñó un programa de aprendizaje basado en desafíos (ABD) Participaron 92 estudiantes provenientes de 3 secciones de la asignatura Diagnóstico y Diseño de Intervención en Redes y Comunidad, guiado por 2 docentes y 4 ayudantes. Se trabajó con 9 organizaciones, de forma online.
El procedimiento se llevó a cabo en tres grandes etapas. La primera, de diseño, incluyó el contacto con las instituciones y la generación de acuerdos para el funcionamiento, diseño de guías de trabajo y evaluación para el semestre y capacitación del equipo docente en metodología ABD. La segunda etapa, de implementación, contó de tres subetapas, primero, estableciendo el vínculo de los estudiantes con la institución, que se evaluó con el certamen 1, siendo un diagnóstico, segundo, búsqueda de soluciones innovadoras al desafío de la institución, que correspondió al certamen 2, donde se defendió la idea de proyecto en un video de 5 minutos, tercero, propuesta de resolución al desafío de la institución, que correspondió al examen, siendo el proyecto social acabado y un fondo concursable. De forma transversal a estar subetapas, los estudiantes contaron con tutorías semanales sobre su proyecto. Finalmente, se realizó una etapa de evaluación, que incluyó un abordaje cualitativo sobre la motivación y percepción de la experiencia de aprendizaje experiencial por parte de los estudiantes, al principio y final del proceso, también se evaluó el proceso de trabajo y finalmente una auto y coevaluación de los estudiantes.
El proyecto contó con la participación efectiva de nueve organizaciones —incluyendo municipios, fundaciones medioambientales y entidades comunitarias— que colaboraron activamente en las distintas etapas de trabajo. Todo el equipo docente, conformado por dos profesores y cuatro ayudantes, alcanzó un 100% de capacitación en la metodología de Aprendizaje Basado en Desafíos (ABD), asegurando una implementación coherente y guiada.
En este contexto, los equipos de estudiantes, aproximadamente seis por sección, desarrollaron diagnósticos y propuestas de intervención social en estrecha coordinación con sus contrapartes institucionales. Como resultado, se generaron veinticuatro propuestas técnicas de proyectos sociales, de las cuales un 63% alcanzó un nivel de calidad suficiente para ser compartidas formalmente con las organizaciones participantes. Además, un 75% de los estudiantes obtuvo calificaciones sobre 6,0, evidenciando un desempeño académico sólido.
A nivel curricular, se produjo una transformación significativa mediante la reorganización de los contenidos de DDI y Taller IV, los cuales se articularon en torno a la colaboración con las organizaciones y a procesos reales de diagnóstico e intervención. En términos de impacto, los estudiantes manifestaron una mayor claridad respecto del sentido profesional de su aprendizaje, mientras que las organizaciones valoraron positivamente los productos obtenidos y su utilidad para sus propios contextos.
