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Estudio IBEM revela que madres con alta autorregulación emocional muestran mejor capacidad de conexión con sus hijos/as

En un reciente estudio liderado por los investigadores del Laboratorio de Ciencias Cognitivas, Fernanda Prieto y Gabriel Reyes, del Instituto de Bienestar Socioemocional de Psicología UDD, en conjunto con Alejandro Lorca de la U. de Valparaíso, se evidenció que no todas las madres son igual de buenas para interpretar a sus hijos pequeños. La investigación se centra en niños entre 3 y 5 años de edad, y muestra que las mamás que presentan niveles bajo de autorregulación emocional no sólo poseen una baja capacidad para lidiar con sus propios estados psicológicos, sino que también una dificultad para interpretar a sus propios hijos/as.

La autorregulacion metacognitiva consiste en la capacidad para conocer y controlar los propios pensamientos y emociones. “Ésta nos acompaña toda la vida y no siempre está en óptimas condiciones”, explica Fernanda Prieto, Doctora © en Ciencias del Desarrollo y Psicopatología UDD.

La psicóloga ejemplifica que la autorregulación metacognitiva es “cuando reconocemos que estamos satisfechos, pero seguimos comiendo; cuando sabemos que no necesitamos otro par de zapatos, pero cedemos porque están en oferta; cuando deberíamos estar haciendo algo productivo, pero ver una serie es más tentador. Y sobre todo, cuando explotamos en emoción y perdemos el control; son todos ejemplos que también los adultos necesitamos de autorregulación”.

En este estudio en particular, los investigadores observaron que madres con baja autorregulación son más proclives a atribuir conductas problemáticas a sus hijos (irritabilidad, agresividad, etc.), aún cuando estos no las presenten objetivamente. Por el contrario, madres que presentaron una alta regulación metacognitiva de sus propios pensamientos, presentaron una óptima capacidad para vincularse con sus hijos/as pequeños.

Alejandro Lorca, co-autor del estudio, explica que uno de los resultados más interesante consiste en considerar que cualquier cambio en nuestra salud mental, no sólo tiene un impacto en el propio individuo que lo padece, sino también en su entorno inmediato, como en este caso en la relación madre-hijo/a. Prieto, por su parte, enfatiza que existen algunas intervenciones basadas en evidencia científica, dirigidas a encarar problemas de autorregulación. Si bien la ciencia no presenta un consenso respecto a la entrenabilidad de la autorregulación metacognitiva, Prieto reconoce que existen psicoterapias que podrían ayudar a los individuos a regular mejor sus propios pensamientos y emociones.