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Agosto: Mes del Corazón: Prevenir es vida

En Chile, cada día mueren más personas por enfermedades cardiovasculares (ECV), lo que se ve reflejado en las últimas cifras reveladas por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), donde el accidente cerebrovascular e infarto agudo al miocardio, se posicionaron como la segunda causa de muerte en nuestro país, siendo desplazadas por primera vez desde que existen registros de datos verídicos, por las enfermedades neoplásicas. Es decir, las enfermedades cardiovasculares  son responsables de un cuarto de los fallecimientos registrados anualmente. Lamentablemente algo no muy distinto ocurre en otros países, ya que estas enfermedades lideran el ranking mundial de causas de mortalidad.

La aparición de las ECV se relaciona con la presencia factores de riesgo, donde podemos encontrar los no modificables y modificables, dentro de los primeros podemos mencionar la edad, sexo, antecedente personal de ECV y familiares de primer grado. En los factores modificables podemos identificar la presencia de diabetes mellitus, hipertensión arterial, dislipidemia, enfermedad renal crónica, obesidad, sedentarismo y hábito tabáquico activo, lo que se relaciona estrechamente con estilo de vida y hábitos poco saludables.

En nuestro país, el sobrepeso y obesidad afecta a casi el 74% de la población, la hipertensión arterial junto con el tabaquismo tiene una prevalencia del 30% y, el sedentarismo de un 86,7%.  Estas cifras son preocupantes y continúan en aumento. A esto, se suma que las recomendaciones impartidas por la OMS en cuanto a estilos de vida saludable no se están cumpliendo. En relación a esto, se declara que el 80% de las ECV se podrían prevenir adoptando hábitos de vida saludable, lo que  se puede lograr con educación y prevención,  reduciendo o eliminando la exposición a estos factores de riesgos, y así  minimizar la probabilidad de sufrir una enfermedad de este tipo, la  discapacidad y muerte prematura por la misma causa.

La prevención en salud cardiovascular es fundamental y consiste en adoptar medidas enfocadas en evitar eventos cardiovasculares a través de la pesquisa, tratamiento, control y modificación de los factores de riesgo a través de cambios de estilo de vida y manejo farmacológico de manera temprana.

Junto con lo anterior, se deben realizar evaluaciones y controles de salud cardiovascular periódicas con el fin de mantener tratamiento y seguimiento en personas que ya sufrieron algún evento cardiovascular con el objetivo de evitar un nuevo evento, mantener el control de factores de riesgo y disminuir la morbimortalidad.

Este año “The American Heart Association (AHA)”, máximo referente científico en materia de cardiología en Estados Unidos, publicó los nuevos 8 factores principales para tener una buena salud cardiovascular: Dieta saludable, adoptando patrones dietarios como dieta DASH o MEDITERRÁNEA; realización de al menos 150 minutos de actividad física moderada o 75 minutos por semana de actividad física de intensidad alta para adultos; no exponerse a la nicotina (en cualquier formato o incluso, dispositivo electrónico); dormir entre 7 a 9 horas por noche; tener un índice de masa corporal (IMC) que indique estado nutricional de normalidad; tener valores óptimos de colesterol no HDL en sangre; niveles óptimos de glicemia y por último, niveles de  presión arterial  inferiores a 120/80 mmHg.

Si bien las normas, grupos de expertos y guías científicas se han esforzado por generar consciencia acerca del cuidado para prevenir ECV, aún nos queda mucho por hacer para disminuir el sufrimiento y las cifras de morbimortalidad por esta causa, y más importante aún es entender que nuestro bienestar depende de un equilibrio en cuidados de salud física-mental,  siendo el corazón el motor que nos acompañará hasta el último día.

Equipo de rehabilitación cardíaca UDD-HPH

Revisa cómo se vivió la conmemoración del Día del Corazón en el Hospital Padre Hurtado, junto a pacientes del Programa de Rehabilitación Cardíaca.