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#Prensa El Mercurio | Los videojuegos también pueden tener un efecto positivo en la salud mental

El director del Centro de Estudios en Bienestar y Convivencia Social (CEBCS), Dr. Jorge Varela, fue consultado por El Mercurio sobre un reciente estudio de la U. de Oxford.

A continuación, el reportaje.

La ciencia lo asegura: los videojuegos no son malos o buenos por sí solos. Y aunque pueden tener consecuencias negativas por su uso indiscriminado, también pueden tener consecuencias positivas para la salud mental y el desarrollo cognitivo de los jugadores.

De hecho, investigadores del Oxford Internet Institute de la U. de Oxford encuestaron a jugadores de “Plants vs. Zombies: Battle for Neighborville” y “Animal Crossing: New Horizons” acerca de su bienestar, motivaciones y satisfacción de necesidades durante el juego y fusionaron estas respuestas con datos de telemetría.

En la reciente publicación, indicaron que “contrario a muchos temores de que el tiempo de juego excesivo conducirá a la adicción y a una mala salud mental, encontramos una pequeña relación positiva entre el juego y el bienestar afectivo”.

De acuerdo con Johanna Kreither, doctora en psicología, psicóloga clínica, académica de la Facultad de Psicología y vicepresidenta del Comité Ético Científico de la U. de Talca, “hay algunos estudios, como el de Oxford, en los que se ha visto que jugadores tienen una capacidad de poder generar un estado emocional más positivo e incluso pueden disminuir los niveles de frustración”.

Asimismo, agrega, que se han observado que algunos tipos de juegos se relacionan con una baja en la sintomatología ansiosa y depresiva. “Hay estudios que han observado una reducción de la sintomatología ligada al trauma, por ejemplo, en cuadros de estrés postraumático donde los flashbacks, característicos de esta patología, disminuyen”.

Estos efectos positivos, dice Kreither, “se cree que se deben, por un lado, a que el jugar un videojuego cambia el estado emocional actual a un estado emocional más positivo, y por otro lado, también opera como un mecanismo de distracción”.

Una aspirina

En ese sentido, explica Kreither, que “los videojuegos que muestran los mayores beneficios en estos ámbitos son los de estrategia, los de puzle, los juegos de roles y los juegos que implican una actividad física, y por tanto, van combinados con el ejercicio”.

Sin embargo, puntualiza: “La gran mayoría de los estudios son con población adulta y todavía hay poca investigación con niños”. En cuanto a los beneficios, aunque Rafael del Villar Muñoz, profesor investigador titular del Instituto de la Comunicación e Imagen de la U. de Chile, es cauteloso en establecer una causalidad, explica que “el videojuego puede actuar como una aspirina en cuanto a malestares emocionales, al funcionar como una vía de escape”.

Por otra parte, el experto confirma que “al jugar cierto tipo de videojuegos, como los de estrategia, que requieren que el jugador use múltiples espacios cognitivos al mismo tiempo, se pueden desarrollar habilidades cognitivas”.

Jorge Varela, director del Centro de Estudios en Bienestar y Convivencia Social de la Facultad de Psicología de la UDD, lo explica así: “El jugar videojuegos, siempre y cuando no tengan contenido violento y no haya un abuso en la cantidad de horas que uno juega, evidencia un efecto en el desarrollo de las funciones ejecutivas: percepción, memoria, atención, inteligencia, etcétera”.

Este efecto se puede extender también al área social y la creatividad. “En estas áreas los videojuegos pueden ayudar a promover el desarrollo de habilidades sociales y la creatividad. Por ejemplo, el poder crear ilimitadamente y jugar con otros en Minecraft, permite estimular este ámbito”, agrega.

Incluso, añade, estos beneficios se extienden a través de la vida. Es decir, “no solo hay beneficios en edades más pequeñas cuando es clave desarrollar competencias como funciones cognitivas y emocionales, sino también en funciones adultas, por ejemplo en adultos mayores, que necesitamos que vayan haciendo ejercicios cognitivos o trabajando la memoria, el jugar videojuegos puede ser positivo”.

No obstante, el tema sigue siendo controversial. Por ejemplo, dice Kreither, “la Organización Mundial de la Salud en el 2018 reconoció a los videojuegos como adictivos. Sin embargo, en el 2020 hizo una declaración donde dijo que recomendaban el uso de videojuegos para sobrellevar y aliviar el confinamiento”.

Por ello, los expertos indican que la clave es evaluar los límites propios al jugar.

En esa línea, Varela recomienda, “estar pendientes de si esto empieza a afectar otras áreas de mi vida, si dejo de hacer otras cosas o empiezo a alterar mi sueño, lo que sería un indicador de que sí tienen un problema con el uso”.

Y Kreither señala que “generalmente lo que se habla para el bienestar es poder regular la cantidad de horas que se usa el videojuego.

En niños o niñas no debería ser más de una hora o máximo dos al día y, en la semana para cualquier persona, no debería superar las diez horas”.

“Ver que un videojuego puede ser algo positivo me parece excelente, cuando va de la mano de un consumo y uso saludable”, dice Jorge Varela, director del Centro de Estudios en Bienestar y Convivencia Social de la Fac. de Psicología de la UDD.

MAURICIO QUEZADA MORA