A raíz del hecho ocurrido en Iquique hace algunas semanas, en el que personas quemaron pertenencias de migrantes venezolanos, el diario El Mercurio, consultó a la directora del laboratorio FAIN respecto a las consecuencias que podría tener el hecho.
A continuación, el reportaje completo:
La estigmatización y el rechazo a grupos de inmigrantes también tiene consecuencias de largo plazo en la salud mental de los extranjeros, advierte Daniela Aldoney, investigadora del Centro de Apego y Regulación Emocional de la U. del Desarrollo.
Señala que dichas familias ya vienen vulnerables por el escenario del que salieron y que el incendio de las carpas en Iquique se suma como una grave carga.
“Ese nivel de estrés genera daños en la salud mental y mucha sintomatología posterior también, y traumas que pueden durar por toda la vida si no se trabajan”, afirma.
Aldoney precisa que se requieren espacios donde los migrantes se sientan bienvenidos para mantener las costumbres de su país y añadir las nuevas, ya que de lo contrario pueden darse dos escenarios: negar su cultura de origen o nunca adaptarse al nuevo país.
Y en ambos casos, dice, esas personas “muestran problemas de salud mental: los niños, cuando son mayores, empiezan a tener problemas incluso de delincuencia, porque no se sienten identificados con el nuevo país, o no se sienten que son totalmente chilenos (…). Hay que estimular que puedan vivir las dos realidades posibles”.
Mariana Zalchendler, presidenta de la Comisión Presidencial para la Diáspora Venezolana en Chile, conoce casos de niños en escuelas donde “han llegado profesores o personas estigmatizándolos por ser venezolanos”.
Dice que “el gran llamado es a que termine la violencia y la estigmatización”.
Para Andrea Rihm, psicóloga y especialista del Laboratorio Interdisciplinario de Investigación en Subjetividad y Cambio Social (Coes y UC), es clave instaurar espacios de diálogo, donde “las autoridades conozcan un poco más sus experiencias: a nivel muy macro, pero también que en las municipalidades o centros comunitarios haya espacios que les permitan conversar”. Y añade que “también es necesario el acceso a la información”.
Eso sí, recalca la importancia de garantizarles necesidades básicas, ya que “asegurar condiciones de vida mínima también tiene que ver con la salud mental (…). No es lo mismo llegar y migrar a una casa o a una comunidad que estar en la calle”.
Carolina Pezoa, psicóloga y académica de la U. Central, sostiene que “para evitar el trauma necesitamos cubrir las necesidades reales de esos sujetos para sobrevivir. Y segundo, dar apoyo psicológico”.
A juicio de Paula Errázuriz, académica de la Escuela de Psicología de la U.
Católica, para evitar que este hecho afecte a otros extranjeros, recomienda “no exponerlos una y otra vez con las imágenes de la quema (…). Lo otro es poder contextualizar esto, que se sepa que lo ocurrido es algo extremadamente extraño en nuestro país”.