La pandemia ha reconfigurado muchos aspectos de la vida cotidiana, ha eliminado espacios para compartir de forma presencial y ha acotado el tiempo que tenemos para estos también. Estas circunstancias han puesto a prueba los vínculos interpersonales incluyendo la amistad.
Y, en este contexto, es posible que algunos de estos se hayan fortalecido, mientras otros se han dejado de lado, reconfigurando el panorama de amistades.
Eugenio Guzmán, psicólogo del Centro de Apego y Regulación Emocional de la Facultad de Psicología de la Universidad del Desarrollo, dice que “con la pandemia nos hemos visto obligados abruptamente a reconsiderar nuestros vínculos y pasar por cambios que han alterado el transcurso natural del desarrollo de amistades”.
Lo explica de la siguiente manera: “Supongamos que alguien tiene 10 amigos; antes de la pandemia podía vincularse con los 10 al mismo tiempo, ahora no puede. Por lo tanto, si quiere mantener el contacto social físico, debe multiplicar el tiempo que les dedica”.
“A esto hay que sumar que muchas de nuestras amistades presentan el mismo dilema: mis 10 amigos, o los cinco que puedo ver ahora, también tienen otros amigos, familiares, etc. con los que quieren estar”, añade Guzmán.