Un 14% de los adolescentes y jóvenes de la Región Metropolitana, de entre 15 y 29 años, reporta ser víctima de ciberacoso al menos una vez a la semana. De éstos, un 37% habría estado cursando a inicios de agosto un trastorno depresivo mayor, y un 20%, un trastorno depresivo menor.
Estos son algunos de los hallazgos de una encuesta que desarrolló y aplicó StatKnows, en colaboración con el Centro de Estudios en Bienestar y Convivencia Social (CEBCS) de la Facultad de Psicología de la Universidad del Desarrollo (UDD). La encuesta contó con respaldo y financiamiento de la Fundación Katy Summer.
El estudio recopiló antecedentes de percepción de adolescentes y jóvenes entre 15 y 29 años de la Región Metropolitana respecto a ciberacoso, uso de redes sociales, emociones y problemas indicativos de trastornos depresivos, y otras materias de contexto.
La encuesta se aplicó entre el 1 y el 8 de agosto de 2020, conforme a la metodología de StatKnows de muestreo y de inferencia muestral para encuestas en línea. La muestra estuvo integrada por 2.056 adolescentes y jóvenes. El tipo de muestreo fue probabilístico, estratificado, con afijación proporcional al tamaño de los estratos, y de selección en dos fases. El estudio cuenta con representatividad según edad, sexo y comuna de residencia.
A nivel de levantamiento total, el error muestral estimado es de 2,35%, con un nivel de confianza de 95%.
En el caso de los menores de edad, se obtuvo consentimiento informado de ellos y también de sus padres para el uso anónimo de las respuestas.
Los hallazgos son útiles para analizar posibles relaciones entre ciberacoso, tendencias depresivas, patrones de uso de redes sociales y características sociodemográficas. Serán insumo para iniciativas de información, sensibilización y prevención de ciberacoso, con énfasis en los segmentos de la población más vulnerables o expuestos a este fenómeno. Académicos de la UDD profundizarán el análisis a partir de los datos, en sus líneas de investigación.
En el período de aplicación de la encuesta, parte significativa de la Región Metropolitana se encontraba en cuarentena por COVID-19. Se añadieron por ello preguntas respecto a estados de ánimo en pandemia.
Para efectos de este estudio, ciberacoso, ciberbullying o acoso virtual se entiende como el uso de medios digitales para molestar o acosar a una persona mediante ataques personales y/o divulgación de información confidencial o falsa; publicar contenido negativo, perjudicial, falso o cruel sobre otra persona, y/o compartir información personal o privada sobre alguien más, provocándole humillación o vergüenza.
Para recabar información indicativa de trastornos depresivos, en niveles mayor y menor, se incluyeron en el cuestionario preguntas del test Patient Health Questionnaire (PHQ-9). Este cuestionario es utilizado internacionalmente como encuesta de autoaplicación en centros de atención primaria de salud, para detectar casos que requieren atención o derivación a especialistas en salud mental.
El programa Salud Responde, del Ministerio de Salud, participó poniendo a disposición apoyo de profesionales de su línea de Salud Mental para los encuestados que anónimamente lo requirieran, sin intermediación del equipo de investigación.
Análisis con técnicas multivariantes
María Eugenia García, ingeniera estadística, socia fundadora de StatKnows y directora de proyecto de esta encuesta, destaca que, más allá de las conclusiones por cruce de variables simples, se analizaron los datos con técnicas estadísticas multivariantes. Este trabajo permitió detectar opciones de respuestas de diversas preguntas del cuestionario que sobresalen en los ciberacosados, lo que es útil para estudios de profundización.
“Las personas víctimas de ciberacoso declaran, en mayor medida que la población general estudiada, sentir angustia; tener una orientación sexual o una identidad de género de aquellas agrupadas en LGTBIQ+; sentirse tristes, solas o aisladas, y tener miedo, y consideran extremadamente difícil hacer frente al acoso. En su mayoría no acuden a los amigos, a los padres ni a las autoridades educacionales en busca de ayuda ante la situación que viven. Tienden a pedir a los victimarios, por el mismo medio, que se detengan, o intentan ignorarlos”, dice María Eugenia García.
Jorge Varela, investigador del CEBCS de la UDD, señala que “los resultados son muy importantes porque evidencian la presencia del ciberacoso entre jóvenes chilenos. Junto con esto, se confirma una relación negativa con la salud mental –depresión en este caso-, lo cual puede ser más complejo en tiempos de pandemia. Los análisis que hemos desarrollado muestran que, entre aquellos jóvenes que son más víctimas de ciberacoso, los niveles de depresión aumentan. Esta relación negativa se intensifica cuando los jóvenes señalan tener una orientación sexual o una identidad de género LGTBIQ+”.
Emanuel Pacheco, por su parte, director ejecutivo de la Fundación Katy Summer, resalta que “es particularmente preocupante que, del segmento de adolescentes y jóvenes de 15 a 19 años que declaran haber sido víctimas de ciberacoso al menos una vez en los últimos tres meses, el 92% declare haber sido amenazados al menos una vez por redes sociales, incluido WhatsApp”. Pacheco agrega que “también preocupa que, del total de adolescentes y jóvenes de 15 a 19 años que señala haber sido acosado, sólo un 3% avisa o pide ayuda a un profesor o inspector; sólo un 11% avisa a sus padres, y sólo un 12% lo plantea a sus amigos. Esto llama a dar urgencia a la revisión de cómo nos estamos relacionando con adolescentes y jóvenes en cuanto a los espacios digitales, y nos cuestiona sobre qué tanto los hemos dejado solos o sin suficiente apoyo en el desarrollo de su identidad en redes sociales”.
Algunas conclusiones
– Los datos sugieren la existencia de una relación entre ser víctima de ciberacoso y presentar sintomatología depresiva, lo que será materia de investigación más profunda.
– Las respuestas de adolescentes y jóvenes de entre 15 y 29 años a las preguntas del test PHQ-9 son indicativas de que el 26% estaba cursando un trastorno depresivo mayor a inicios de agosto, y de que un 12% estaba cursando un trastorno depresivo menor. Si se considera sólo a quienes manifiestan ser acosados una vez a la semana o con frecuencia superior, los porcentajes suben a 37% y 20%, respectivamente. Estos últimos jóvenes representan el 14,1% de la población estudiada.
– La población más vulnerable a ciberacoso está en el grupo etario de 15 y 19 años.
– El miedo, la rabia, la ansiedad y la tristeza son las principales emociones declaradas por los ciberacosados.
– El 64% de ciberacosadores ha sido víctima de ciberacoso. Las víctimas de ciberacoso tendrían propensión a constituirse en victimarias de otras personas.
– Las situaciones de ciberacoso se presentan predominantemente en jóvenes que se conectan a redes sociales más de cinco horas al día, principalmente en horarios nocturnos, y mayormente mediante Facebook.
– Las formas de agresión más habituales son comentarios hirientes o malintencionados en línea, y amenazas por internet o redes sociales. Esto sobresale por sobre la publicación de fotos o videos hirientes o malintencionados, la suplantación de identidad, y la creación de grupos o páginas sobre la víctima para agredir.
– El 69% de la población estudiada declara haber sido testigo de ciberacoso. De ellos, el 52% dice haber sido también acosado al menos una vez en los últimos tres meses. El rol crucial que pueden desempeñar los testigos para hacer frente y aminorar al ciberacoso es también materia de investigación complementaria.