María Jesús Ihnen y Valentina Rioja son dos de nuestras Alumni que participaron del voluntariado en Nicaragua durante el verano de 2018. Por cerca de 28 días, ambas psicólogas conocieron la realidad de diversas instituciones en la ciudad de Granada, pero ambas se centraron en trabajar en la Fundación Corazón Contento, la que se enfoca en atender y asistir a personas con discapacidades cognitivas y físicas de alta complejidad como tetraplejia, esquizofrenia, autismo severo, entre otras.
Ambas coinciden en que conocer esta realidad fue bastante impactante, ya que “en este país, la preocupación por la Salud Mental es bajísima. No hay leyes sobre esta materia y el presupuesto alcanza a los $300 pesos chilenos al año para tratamientos”, afirma María Jesús, mientras que Valentina agrega que “hay tres hospitales psiquiátricos para todo el país y 0,1 psicólogo por cada 100 mil habitantes, además tampoco hay fármacos y la capacitación es casi nula”, declara.
“Puede sonar muy fuerte, pero nosotras vimos los trastornos psiquiátricos en su máxima expresión” continúa María Jesús. Por otro lado, Valentina aclara que “cada caso que vimos era una descripción textual de lo que leemos en el DSM5. Casos que acá en Chile no hemos tenido la oportunidad de ver, allá son más comunes de lo que uno quisiera”.
Con este contexto, conversamos con ambas psicólogas, quienes nos contaron detalles de lo que fue esta experiencia, que según afirmaron, les cambió la perspectiva de la atención en Salud Mental.
¿Cómo se sintieron al llegar al centro?
MJI: “Sin sonar arrogante, nos sentimos mucho más capacitados que los profesionales de este centro para realizar intervenciones, lo que no fue tan bueno para nosotras, pues encontramos cierta resistencia de parte de los psicólogos a las ideas o consejos que teníamos”.
VR: “Al principio no nos tomaron nada en cuenta, pero cuando realizamos un taller sobre Comunicación Efectiva con los profesionales del centro, el que tenían por fin capacitarlos en potenciar fortalezas y solucionar algunas debilidades vimos un pequeño avance en su actitud hacia nosotras”.
¿Cuál creen que fue su aporte en esta experiencia?
VR: “Organizamos cierto tipo de “reuniones clínicas”, como las que se hacen en el SPI, en las que se compartían casos y participaban profesionales de las distintas áreas para que se trataran en conjunto. Esto les sirvió mucho y, según sabemos, lo siguieron aplicando”.
MJI: “Fundamentalmente, creo que nuestro aporte también se vio reflejado en los pacientes que asistían a tratamiento. Muchas veces empujamos los límites de los niños y adolescentes porque creíamos que podían hacer más de lo que estaban haciendo hasta ese momento, y cuando veíamos ciertos cambios nos sentíamos muy felices de haber sido perseverantes en nuestras ideas y conocimientos”.
Nuestras Alumni coinciden en que fue, sin duda, una gran experiencia que les abrió la mente a la diversidad de realidades que existen en la atención de Salud Mental, y que, pese a estar recién tituladas, Psicología UDD les entregó muchas herramientas para poder desempeñarse en su rol como psicólogas, atención con pacientes, e incluso contención con estudiantes UDD que participaron del voluntariado, pero que pertenecen a otras disciplinas.
Finalmente, otro punto en común que comparte, es que este voluntariado no sólo debería estar limitado a las carreras de Psicología, Educación y Nutrición, sino que «son tantas las necesidades que existen en estas comunidades que es fundamental integrar a carreras como Odontología, Fonoaudiología, Kinesiología, entre otras, para que también puedan aportar desde su conocimientos a mejorar la calidad de vida de estas personas», afirmaron.
¿Por qué un voluntariado en Nicaragua?
En Nicaragua la educación primaria es gratuita y obligatoria, sin embargo, esta nunca se ha hecho cumplir y cerca de 700 mil niños y niñas en edad escolar no se inscriben en las escuelas. Aunque el gobierno ha introducido numerosos programas sociales para proveer comidas, suplementos y transportación sin costo, el número de niños y niñas en las escuelas sólo ha crecido un poco en los últimos años. Es por esto que el área de Voluntariados ELI Abroad trabaja con una variedad de programas dentro de las escuelas en Granada, donde las y los voluntarios pueden ayudar con una gran variedad de tareas, incluyendo clases, liderar actividades artísticas o deportivas, talleres, acompañar a los profesionales de distintas áreas en sus tareas, ayudar a cuidar a los y
las niñas, preparar comidas, colaciones, entre otros.