«Quedarse sin trabajo de un día para otro no es ninguna gracia. Además del impacto económico se suma golpe psicológico de tomar desayuno y quedar desocupado y la necesidad imperiosa de volver a salir al mercado y activar la red de contactos. Para hacer ese proceso menos violento, muchas compañías están ofreciendo servicios de outplacement o transición laboral como parte de los beneficios para sus ex trabajadores. Las bondades de este tipo de programas son indiscutibles».

Respecto a estos servicios, Lorena Díaz Bayo, profesora del Magíster en Desarrollo Organizacional y Recursos Humanos de la Universidad del Desarrollo (UDD) y socia directora ejecutiva de la consultora Target DDI, afirma a El Mercurio que «además de las ventajas para los empleados, para las organizaciones el gran beneficio es que reducen significativamente el impacto social que representan los despidos, mejoran su imagen, obtienen estabilidad y paz social y mantienen la motivación y la productividad de las personas que se quedan en la organización.

«Además, reducen o eliminan los problemas legales que pudieran afectarle por el despido y logran dejar patente su compromiso personal y profesional con quienes forman o han formado parte de ella», comenta.

La especialista asegura que estos programas se orientan en la actualidad a todos los segmentos de profesionales dentro de una empresa.

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