Ya llevan un mes realizando su práctica internacional y en esta nota, Daniela, Karim y Erik nos cuentan cómo ha sido su experiencia.
«Para mí, vivir en Denver ha sido fantástico. Superó todas mis expectativas y quebró muchos prejuicios. Tenía un concepto diferente de la gente aquí (habiendo vivido en Chicago un par de años durante la enseñanza media). Estar aquí es aprender y crecer día a día, y ver lo mucho que aún queda» .-Karim Baletta (Concepción)
«Luego de pasar un mes en Colorado, particularmente en Denver su capital. Y de pensar en esta experiencia, hay un par cosas que destacan sin lugar a dudas. En primer lugar, el clima: «300 días de sol al año…» Es algo que más de uno nos ha dicho. Y hemos llegado a descubrir lo cierto que es. Puede estar más frío algunos días, pero el sol brilla invariablemente. A esto le acompaña una anécdota interesante. Durante la planificación del viaje, los tres nos preparamos para llegar a un clima frío, entrando al invierno. Incluso nos advirtieron que nevaría, por lo que nuestra ropa fue escogida específicamente para eso: frío, nieve, protección. Pero al llegar aquí, fuimos recibidos por un aire cálido y un sol radiante para el que no estábamos preparados, por lo que tuvimos que buscar ropa más adecuada a las condiciones de aquí.
Otro aspecto importante al llegar, es la altura. La ciudad se encuentra a unos 1.600 metros sobre el nivel del mar, de hecho, hay un escalón en una catedral en el centro de la ciudad que marca exactamente una milla sobre el nivel del mar. Debido a esto, la deshidratación es un tema de cuidado. Mareos, gargantas secas, malestar general, son algunas complicaciones comunes para los forasteros, por lo que el regalo de bienvenida del departamento de Psicología de la Universidad de Denver o «Graduate School of Professional Psychology» fue muy bien recibido y útil por lo demás. Botella de agua que nos acompaña a donde vayamos y ha sido una gran aliada.
Un tercer elemento y quizá el más importante en términos de facilitar nuestro proceso de adaptación a este proyecto, ha sido la gente. Y es que, si se puede describir a la gente de colorado en una sola palabra, esa sería «amabilidad». La gente es muy amable, nos han tratado de una forma, que como decía Karin, supera toda expectativa. Muy atentos, cordiales, dispuestos a ayudar y apoyar de la forma que puedan. Un ejemplo claro de esto es el problema del transporte aquí en Denver. El transporte público aquí, no está tan extendido como en Santiago o Concepción, donde prácticamente se puede llegar a cualquier lugar tomando un taxi, metro/tren, bus, microbús. Todo el mundo se mueve en automóvil. Por lo que la mejor opción para nosotros desde un principio fue poner una pequeña cuota y comprar un auto viejo (que aquí son muy baratos) y venderlo al regreso. Sin embargo, en el intertanto, necesitábamos movernos y aquí es cuando aprece la amabilidad de la que hablaba. Tres diferentes personas nos ofrecieron sus automóviles prestados mientras conseguimos uno propio o incluso por toda nuestra estadía. Otros cuantos nos han ofrecido y hecho el favor de llevarnos a algunos lugares, e incluso nos han acompañado a las concesionarias para asegurarse de que consiguiéramos un buen auto y un buen trato. Sumado a esto muchas invitaciones a pasar diferentes festividades en casa de profesores, supervisores, compañeros, todo con el fin de que nos sintamos acompañados y en casa. Actualmente estamos viviendo en una residencia para estudiantes internacionales, con una gran variedad de personas diferentes, con diferentes historias y de diferentes procedencias. Algunos son de otros estados, como Ohio u Oklahoma, otros países como Libia o Arabia Saudita. Algunos estudian inglés, economía, psicología y otros trabajan en cosas como diseño web, asistencia de producción televisiva o programación. También ellos han sido muy amables y nos han recibido como una familia. Mostrándonos la ciudad y apoyándonos en la adaptación.
Para concluir, lo que más me ha sorprendido a modo personal, es el valor que le otorgan al profesional de la salud mental, en los centros que hemos visitado al menos. Claramente este valor no es compartido a nivel general, pero el concepto que se tiene en Salud Family Health Centers por ejemplo (nuestro centro de prácticas), sobre la importancia, el impacto y lo íntegro que es la salud de las personas, es decir tanto física como metal (afectiva o emocional como les gusta llamarlo aquí), es digno de admiración. Y no solo a nivel filosófico, si no también a nivel de prácticas. El primer día de inducción en el centro, además de recibirnos y resaltar lo importante de nuestra presencia tanto a nivel individual, como de relación institucional, el director del programa, explicó una meta de «uno a uno» que existe en el centro, es decir que se aspira a contar con un proveedor de salud mental, por cada proveedor de salud médica. Y si bien aún se está lejos de esa meta, permanentemente se encuentran avanzando hacia ella».- Daniela Pacheco (Santiago)
Como un todo ésta experiencia ha sido y promete seguir siendo enriquecedora. Desde los aspectos más «básicos» como la comunicación y la convivencia, hasta los más específicos como el desarrollo y adaptación a un rol profesional en un contexto diferente. Ha sido una experiencia única, tanto en lo profesional, como en lo experiencial. El aprendizaje que estoy teniendo es incalculable, tanto como futura profesional, como en el crecimiento personal, que espero siga incrementando. Creo que estamos viviendo uno de esos momentos que recordaremos toda nuestra vida».- Erik Veloso (Concepción)
Revisa el video con sus testimonios: