El director del Centro de Apego y Regulación Emocional (CARE) fue consultado como fuente experta sobre un tema que converge la importancia que se le da a la estética por sobre la demostración de emociones a través del rostro.
Si bien el uso de la toxina botulínica, o más bien conocido como Bótox no es nuevo en nuestro país ni en el mundo, este producto cada cierto tiempo vuelve a hacer noticia, debido a estudios publicados sobre sus beneficios y contraindicaciones. «Así como se ha comprobado que quienes se someten a estas inyecciones pueden perder la expresividad en el rostro, un nuevo estudio suma otro efecto indeseado: también socava la capacidad de entender las expresiones faciales ajenas», afirma el artículo publicado por el medio de circulación nacional, El Mercurio, en su cuerpo de Vide- Ciencia- Tecnología del lunes 30 de mayo.
El director del Centro de Apego y Regulación Emocional (CARE), Jaime Silva, Doctor en Psicobiología de la U. Complutense de Madrid y la Universidad de Wisconsin-Madison explicó al medio de comunicación que «el rostro es el medio esencial por el cual los seres humanos establecen interacciones con otros. Existe una coordinación tácita y subconsciente entre las personas; si no se activan los músculos faciales, entonces la persona no logra empatizar a nivel cerebral con la emoción del otro».