Durante 10 días, 21 alumnos de la Universidad del Desarrollo formaron parte del programa Innovadores del Futuro, organizado por el Instituto de Innovación Interdisciplinaria, iCubo, y la Dirección de Relaciones Internacionales, oportunidad en la que pudieron conocer el ecosistema de innovación y emprendimiento en San Francisco, Estados Unidos.
Santiago.- En esta nueva versión del programa Innovadores del futuro, los alumnos pudieron asistir a clases en el Stanford Technology Ventures Program (STVP), de la Universidad de Stanford, con destacados profesores expertos en temas de innovación y emprendimiento, y además realizar visitas a diversas empresas y actividades recreativas. Ver más detalles de esta versión.
Una de las alumnas que formó parte de esta iniciativa es Daniela Saralegui F., estudiante de la carrera de Psicología, quien comparte su experiencia en el siguiente testimonio:
“Llevaba un tiempo con la idea de poder realizar el viaje Innovadores del futuro, hasta que se dio la oportunidad, pero nunca fui capaz de dimensionar lo impactante que podría ser; mis expectativas se quedaron cortas con lo que realmente fue, y no puedo sentirme menos que afortunada de haber vivido aquella gran experiencia.
Aprendemos a caminar, no siguiendo reglas, sino simplemente intentándolo y cayéndonos cuantas veces sea necesario hasta descubrir cómo hacerlo… Frase cliché, que tanto había escuchado, pero que nunca había vivenciado de forma tan concreta como en las visitas a empresas de Silicon Valley o en clases de Stanford, en donde aquello es la esencia de la dinámica que los envuelve. Desde que me subí al avión comencé a experimentar aquella sensación de que romper las reglas no siempre estaba mal y que, de hecho, para aprender, a veces, es mucho mejor.
Distinto a lo que sucede en una prueba en la sala de clases, aprendí que mirar para el lado es bueno, pero no para copiar, sino para apreciar la riqueza de cada uno de los que avanzaba en este viaje junto a mí, compartir experiencias, formas de pensar y, sin más, volver a ser niños y jugar…jugar hasta aprender a caminar una vez más.
El regreso a Chile fue duro, porque la sensación de que había mucho más por aprender era ineludible, sumado a la responsabilidad de poner al servicio de la psicología los conocimientos adquiridos y concretar un camino de sueños olvidados y proyectos que yacían en el aire. Pero me despedí de un lugar para dar la bienvenida a un mundo de oportunidades, a una nueva forma de ver lo que siempre ha estado ahí.
Aprender nunca había sido tan divertido.”
