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Metacognition negatively predicts the attitude of students towards cooperation in the classroom.


Pilar Valenzuela a, Mauricio Barrientos a, Viviana Hojman a, Gabriel Reyes M a*.
a Facultad de Psicología, Universidad Del Desarrollo, Santiago, Chile.
* Corresponding Author: GR, Universidad del Desarrollo, Av. La Plaza 700, Las Condes, Santiago, Chile. Tel.: + 56 (2) 334 33 27; email: gabrielreyes@udd.cl.

Existe consenso mundial en considerar la resolución de problemas (RP), la metacognición y la colaboración como habilidades relevantes para el desarrollo de competencias fundamentales en el siglo XXI (OECD, 2019). Sin embargo, no existe acuerdo respecto de cómo se relacionan entre ellas, o a qué dimensión de aprendizaje contribuye cada una.  Por ejemplo, la OECD considera la RP y la metacognición dentro de una dimensión cognitiva a diferencia de la colaboración, que formaría parte de una dimensión social. Por otra parte, el P21 considera que la colaboración, comunicación, pensamiento crítico y creatividad, forman en conjunto habilidades de aprendizaje e innovación. Más allá de sus diferencias, las propuestas de las grandes agencias internacionales nos hacen pensar que la resolución de problemas, la colaboración y la metacognición, son tanto un medio como un fin a lograr en el curso de las trayectorias educativas de los estudiantes. 

Junto con la idea de la educación como un derecho que se ejerce a lo largo de toda la vida y no sólo en el nivel escolar (UNESCO, 2015), nos preguntamos cómo es que estas habilidades se relacionan entre sí en contextos de aprendizaje en el nivel terciario. Utilizando herramientas de la psicología cognitiva, educacional, y cultural, pusimos en marcha un estudio mixto que comprende tanto protocolos experimentales, como instrumentos de autorreporte, observaciones directas y tareas de desempeño en un contexto natural de aprendizaje en educación superior.   

La RP constituye un proceso cognitivo dirigido a alcanzar un objetivo o satisfacer una necesidad, en situaciones en las que no se cuenta con un método para lograrlo o cuya resolución no es evidente (Hesse et al, 2015; Mayer, 2013). Por su parte, la metacognición ha sido definida como el conocimiento y la regulación de los propios procesos cognitivos (Brown, 1982). Finalmente, los enfoques tradicionales de psicología cultural entienden la colaboración en los procesos de pensamiento como una práctica cultural relacionada con la comprensión conjunta en la medida que se tienen en cuenta las perspectivas de diferentes individuos (Rogoff & Toma, 1997). Distintos estudios indican que la metacognición y otras funciones de orden superior estarían asociadas con la RP (Davidson & Sternberg, 1998; García-Madruga et al., 2016). De igual manera, las interacciones sociales colaborativas serían beneficiosas para procesos como la toma de decisiones y la RP (Bang & Frith, 2017; Sills et al., 2016). Estos antecedentes nos hacen pensar que la capacidad de los estudiantes para resolver problemas, se ve influenciada tanto por procesos individuales como interpersonales. A partir de esto, nos preguntamos sobre el rol de la colaboración impacta en la relación entre metacognición y resolución de problemas. Nuestra hipótesis, es que la colaboración mejora la asociación positiva entre metacognición y resolución de problemas.   

30 estudiantes de pregrado participaron de un estudio on-line en dos fases. En la primera etapa, los participantes debieron responder distintas tareas conductuales y cuestionarios de autorreporte. El objetivo consistió en evaluar su metacognición, actitud hacia la colaboración y otras variables de control. En la segunda etapa, los participantes debieron resolver dos tipos de problemas, ya sea de manera individual o grupal. Esta fase buscó emular el contexto de una sala de clases virtual en ZOOM y fue grabada con el fin de obtener información cualitativa sobre las interacciones, organización social e involucramiento de los estudiantes. Resultados preliminares revelan que los individuos con alta metacognición individual presentan menor nivel de desempeño en tareas de resolución de problemas (r2 = .231, p = .050) y una actitud favorable hacia el trabajo independiente (r2 = .159, p = .032); en contraste, la actitud favorable hacia la interdependencia social, se asoció positivamente con el desempeño en tareas de RP  (r2 = .558,  p < .001). De relevancia, la asociación negativa entre metacognición y resolución de problemas, no presenta significancia estadística cuando los estudiantes manifiestan una tendencia hacia la interdependencia social (p = .536). 

Este hallazgo sugiere que altos niveles de metacognición individual podrían ser contraproducentes para la resolución de problemas en contexto de aula. Al respecto, Norman (2020) sugiere que poner atención en las experiencias metacognitivas podría interferir activamente con el desempeño en una tarea cognitiva. En efecto, investigaciones desde el área clínica, señalan que una alta metacognición se asocia con estrategias desadaptativas como la rumiación, la cual puede afectar procesos como el monitoreo del error. Nuestros datos indican que este tipo de asociación entre metacognición y desempeño en tareas de resolución de problemas, sólo existe cuando los estudiantes reportan una tendencia al trabajo independiente. Dicho de otro modo, una actitud favorable hacia la interdependencia social atenúa o elimina el efecto perjudicial que tienen niveles altos de monitoreo de los propios estados mentales sobre el desempeño en resolución de problemas. 

Otra posible explicación de los hallazgos es que las demandas de la interacción social, reorientan los recursos cognitivos propios hacia la lectura de los estados mentales de otro, con el fin de resolver una tarea conjunta. Sea cual sea el caso, es relevante considerar que los problemas que resuelven los estudiantes en el contexto disciplinar, requieren destinar recursos cognitivos para comprender información tanto explícita como implícita, que no necesariamente está en su propio estado mental. Por lo que, un exceso de metacognición, podría ser contraproducente al momento de resolver problemas complejos e interactuar con pares para ello. El artículo desarrollará este tipo de reflexiones respecto al rol de la metacognición individual en tanto predictor del desempeño en la resolución de problemas y como promotor de la interdependencia social en la sala de clases.