El traslado de la educación escolar a los hogares, producto de la pandemia COVID-19, ha generado una serie de desafíos tanto para las instituciones educativas como para las familias. En relación a los distintos niveles de escolaridad y en distintos contextos y dependencias, los desafíos para adultos, docentes y familiares, ha adquirido formas distintas. La nueva relación, donde las familias “apoyan” la educación de los hijos e hijas en las casas, exige nuevas condiciones de relación y depende en gran medida de la relación previa que estaba establecida entre estas dos instituciones.
La investigación en el área ha mostrado que la relación entre la familia y la escuela se relaciona de manera directa con los resultados de aprendizaje de los estudiantes, tanto de contenidos como de desarrollo socio-emocional. Sin embargo, también ha mostrado que la relación entre estas dos áreas no está exenta de desafíos, construir una buena relación implica generar un sentido de trabajo conjunto, generar las condiciones para que puedan participar, sientan que saben hacer lo que se necesita, definan lo que le toca a cada parte. Esta relación muchas veces tiene tensiones dado que estas condiciones no se trabajan, no se establece una forma de relación donde haya un encuentro entre lo que la escuela y las familias esperan y pueden hacer. La pandemia tensionó de una nueva manera esta relación, hizo que la educación se trasladara a un formato virtual en las casas y eso redefinió las condiciones y expectativas.
En Centro de Investigación y Mejoramiento de la Educación (CIME) de la Facultad de Psicología de la Universidad del Desarrollo realizó un estudio sobre este tema. Fueron encuestados 661 apoderados (16% hombres y 84% mujeres) entre septiembre y octubre de 2020 a través de una encuesta online que indagaba sobre su experiencia de educación remota. Contestaron familiares de 14 regiones del país, el 29,8% de ellos pertenecía a la región Metropolitana y el 37,8% a la región del Biobío, del resto de las regiones el número de personas que respondió fluctuó entre un 0.3 y 8% de participación. El 50,8% de quienes contestaron la encuesta tenían entre 40 y 49 años y el 32,5% entre 30 y 39 años. En relación con la edad de los pupilos de los encuestados, El 92,1% de los estudiantes cursaba enseñanza media, el resto de distribuía entre 6°, 7°, y 8° básico. El 51% de los estudiantes estudiaba en colegios de dependencia particular pagada, 32,1% en colegios de dependencia particular subvencionada y un 15,3% colegios municipales.
