Expositor:
Fecha: 29-09-2020
Nombre presentación 1:
Expositor: Jaime Silva
Resumen presentación:
Los seres humanos nacen para estar conectados unos con otros. Esta condición social e interdependiente está asentada en una estructura biológica específica. Décadas de investigación sobre el cerebro humano muestran que la afectividad, la cognición, y toda la experiencia humana en general tienen un carácter interpersonal. Por ejemplo, muchos estudios evidencian que el cerebro responde más rápido a los rostros de otras personas que a cualquier otra información del entorno, lo cual se asienta en una estructura neurobiológica específica.
Esta capacidad de los seres humanos de conectarnos con otros sigue una trayectoria en el desarrollo y se puede entrenar. La capacidad para conectarnos, la inteligencia social, motivación prosocial y la cooperación son sensibles a la experiencia, y su entrenamiento puede producir cambios en el cerebro.
Se ha visto que la integración social está asociada a mayor sobrevida en distintas especies. También se ha encontrado que, a medida que los primates avanzan en complejidad, van configurando su vida social en torno a la vida en pareja. En el caso de los seres humanos, esa configuración social fue recibiendo influencias culturales, principalmente por parte de la Iglesia Católica, que realizó esfuerzos por disminuir la influencia de los clanes, y así obtener mayor control sobre la población. Con el paso del tiempo, esto provocó una pérdida de conexión entre los miembros de los clanes familiares, y fue creando condiciones que dieron origen a las culturas individualistas. Al respecto, hay gran cantidad de evidencia sobre los efectos negativos que las culturas individualistas generan en la vida afectiva de las personas, por lo que, desde distintas esferas, se está poniendo en relieve la necesidad de volver a valorar los vínculos y la dimensión socioemocional de los humanos.
Finalidad: Por muchos siglos, los ámbitos afectivo y social del ser humano fueron invisibilizados, en contraposición a la dimensión cognitiva y racional. En la actualidad, desde distintas tribunas del devenir científico, cultural y económico, se han alzado voces llamando a repensar la sociedad en su conjunto, con una creciente necesidad de revalorizar los vínculos humanos, la vida socioemocional y la manera en la que nos relacionamos.
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