Hero Image

Josefa Gras

«Mi práctica en el Servicio de Psicología Integral, fue una de las experiencias más enriquecedoras de mi carrera. En ésta, pude atender pacientes y ser supervisada por quienes admiraba como docentes, lo cual, me dio la oportunidad de aprender y formarme como profesional apoyada en todos los ámbitos que lo necesité. Así, también realicé informes psicológicos y fichas para ir midiendo el paso a paso de mis consultantes.

Siempre tuve una motivación importante por ser consciente de las otras realidades del país, y creo que el SPI me facilitó este espacio, tomando un rol importante en acercar la salud mental a todos. En este aspecto, tuve pacientes de todas las realidades y con todo tipo de problemas, con quienes, a pesar de la distancia, pudimos generar muy buena relación y sensación de que iban avanzando en su proceso. Logré poner a prueba los conocimientos adquiridos durante la carrera, pero también mis habilidades, fortalezas y aspectos a mejorar que de a poco fui trabajando, re-evaluando y adquiriendo nuevas habilidades.

Así, pude ir descubriendo distintas problemáticas que aquejan a la población chilena, sin embargo, esto no lo hice sola ya que, a pesar de que las sesiones las realizaba de forma autónoma, siempre estuve apoyada en distintos espacios. Por ejemplo, la supervisión psicosocial me ofreció las herramientas de un aprendizaje en temas de beneficios sociales estatales y su funcionamiento, así como también en otras áreas según las necesidades de los consultantes. La unidad de adultos ofrece una mirada más amplia e integral para las intervenciones clínicas, así como también la supervisión de terreno y docente, en donde se me dio una guía más cercana y personalizada según las dudas que iban surgiendo, estando siempre disponibles y atentos.

Por otra parte, el tener una práctica online, me ayudó adaptarme y crecer de otras formas, como, por ejemplo: adaptarme a las necesidades del consultante, ser más observadora, más paciente, buscar más caminos de acción, entre otros.

«Dejo esta experiencia con una sensación muy grande de crecimiento, no sólo como profesional si no que también personal ya que ser terapeuta es mucho más que hacer terapia, es un trabajo continuo con el resto, con quienes te rodean y acompañan en este proceso, y no menos importante, conmigo misma. Me alegro de haber pasado todo esto acá, en el SPI».