En la región que la acogió durante 13 años, la austral Magallanes, Ivania Martinich (26) comienza a conocer el deporte que le abriría distintas puertas alrededor del mundo. La estudiante de Psicología UDD de segundo año, desde los 9 años comenzó a practicar tenis de forma recreativa. Cuatro años después llegó a la Región de Valparaíso con su familia, donde comenzó a dedicarse de forma profesional a este deporte. El cambio de ciudad fue algo que marcó a este joven talento de forma importante, pues descubrió diferencias en su práctica: desde el trato de la gente, la infraestructura hasta la exigencia. 

El paso desde una región más pequeña a una metrópoli, sin duda, es algo que causó impacto en su formación. Para la tenista era algo bueno debido a las grandes oportunidades con las que se iba enfrentando, pero a su vez, caótico por el tamaño de la ciudad y el movimiento que implica, sobretodo, estando sola. 

La constancia, sacrificios y disciplina llevaron a Ivania a competir en Bélgica. A los 18 años llegó a las canchas europeas y a otro cambio de cultura, pues para ella era todo mucho más organizado y profesional. A su regreso a la capital, Ivania comenzó a compensar sus entrenamientos con sus estudios, si bien es un desafío y un reto poder hacerlo, ha contado con altos y bajos. Sin ayuda de sus padres, entrenadores y la universidad, sus avances y logros no serían posibles. 

Entre idas y venidas por Chile y el mundo, la deportista llega a Croacia, lugar donde logra concebir el mejor momento de su carrera como tenista. Allá cuenta con un equipo con gran experiencia y variedad de torneos, además de ser un país donde logra permanecer a pesar de la pandemia. 

Dentro de sus principales logros deportivos están: Nro. 1 de Chile sub 14, 16 y 18. Campeona GA Nacional sub 18. Medalla de oro en dobles mixtos Juegos Bolivarianos 2013, campeonas Fed Cup 2016 zona Americana II, Final Futuro Croacia 2016, Semi final futuro Italia 2018 Semi final Colombia 2019. 

El primer semestre del 2020 tuvo impacto en el deporte en general, para Ivania significó dejar de tomar la raqueta por un gran periodo de tiempo y una desventaja frente a la competencia. Ahora bien, pudo continuar con sus estudios y una vez la situación pandémica fue cediendo, logró continuar con sus entrenamientos y competencias. 

Respecto a cómo la Psicología ha sido una herramienta en su práctica, Ivania comentó que «el tenis es un deporte demasiado mental, en donde la Psicología siempre ha estado implicada. Ahora que estoy estudiando y también soy un poco más grande, enfrento las mismas situaciones de presión o estrés pero de una manera diferente. Me conozco más y gestiono un poco mejor las situaciones dentro y fuera de la cancha, aunque me queda muchísimo por mejorar», afirmó la deportista.

¿Es posible compatibilizar el deporte con la vida universitaria?

Ivania responde que «de todas maneras». La forma de conseguirlo, detalla, fue «adecuando mis horarios en función de la universidad. Le entregué mi horario de clases a mi entrenador y en base a eso definimos las horas de entrenamiento. Cómo el estudio es una prioridad para mí, él sabe que los entrenamientos deben ser de mejor calidad, ya que tengo menos horas para estar en cancha«.

Finalmente, en un ámbito más personal, Ivania comentó que extraña de su vida pre pandemia «las juntas con amigos, las clases presenciales, las competencias en Chile, ir a comer o a cualquier local y quedarse hasta cualquier hora, andar sin mascarilla, pero sobre todo el contacto con las personas».

Aunque extraña su tierra natal, proyecta su futuro en este deporte y en Europa ha logrado encontrar mejores oportunidades y un buen equilibrio con sus estudios. Hoy en día es la tecnología que le ha permitido seguir en contacto con sus amistades y familiares, así como también conocer e interactuar con sus compañeros universitarios.