El Dr. Alejandro Sánchez-Oñate, investigador del nuevo laboratorio AMES de IBEM, conversó con BioBioChile sobre la moda de la nostalgia. Explicó que existen dos tipos de nostalgia: la de estado, que es temporal y desencadenada por estímulos específicos, y la de rasgo de personalidad, una disposición persistente hacia la nostalgia.
Refiere que, durante la pandemia, la nostalgia aumentó debido al aislamiento social. Sánchez-Oñate explicó: “La nostalgia pandémica surge como una respuesta a la reducción del contacto social, provocando sentimientos de soledad y un deseo de reconexión con experiencias pasadas”.
También abordó la «nostalgia vicaria,» donde los jóvenes sienten añoranza por tiempos no vividos directamente, influenciados por imágenes y narrativas que idealizan el pasado. “Este sentimiento se alimenta de la exposición a imágenes y narrativas que idealizan el pasado, presentes en películas, música y otros medios,” comentó Sánchez-Oñate.
Añadió que la nostalgia puede fortalecer los lazos sociales y contribuir al bienestar socioemocional, proporcionando consuelo en tiempos de incertidumbre. Sin embargo, advirtió que la idealización del pasado puede causar insatisfacción con el presente. “Entre los aspectos negativos, fundamentalmente, es la idealización del pasado, que implica un sesgo o distorsión de la evaluación temporal, que necesariamente hace a la persona experimentar insatisfacción con el presente”, concluyó el experto.
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