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Importante relación entre la música y funciones cerebrales fue la temática tratada en curso del Doctorado en Ciencias del Desarrollo

Estudiantes de primer año del Doctorado en Ciencias del Desarrollo y Psicopatología (DCDP), iniciaron el semestre con el curso “Tópicos actuales en investigación”, en el que participan destacados académicos internacionales.

La segunda sesión de este curso, fue impartida por el Dr. Amir-Homayoun Javadi. Actualmente, el Dr. Javadi se desempeña como profesor titular de Neurociencia Cognitiva en la Facultad de Psicología de la Universidad de Kent, es investigador asociado honorario en el Instituto de Neurociencia del Comportamiento del University College of London, y profesor visitante en la Facultad de Rehabilitación, de la Universidad de Ciencias Médicas de Teherán. El Dr. Javadi, fue profesor de Eugenio Guzmán Lavín, asistente de investigación del Centro de Apego y Regulación Emocional (CARE), durante el desarrollo de su máster en Inglaterra, y quien extendió la invitación para participar de estas instancias académicas.

La presentación, llamada “Physiological and Behavioural Exploration: Music & Emotion”, exploró acerca la relación de las experiencias “agradables o placenteras” en la música electrónica bailable (MEB).

Como bien se relató el investigador, dentro de la composición de la música, existe lo que llamamos “pasaje de caída o drop passage”, donde repentinamente ocurren cambios en la melodía, ya sea en los tiempos musicales, en el cambio de instrumentos, o se presenta una etapa de silencio. Estos cambios, ocurren frecuentemente en la música electrónica bailable, y fue lo que llevó al Dr. Javadi, junto a su equipo, a explorar acerca de la relación de las experiencias “agradables o placenteras” y la expectativa de los oyentes en la MEB.

Como afirmó el Dr. Javadi, “los dj en las fiestas electrónicas, utilizan diferentes frecuencias musicales para elevar el estado emocional de las personas”. Sin embargo, ¿qué ocurre en el cerebro que impulsa que las personas se sientan emocionadas?”. El investigador explicó el fenómeno con el concepto “rupturas de pausa o break routines” de la música electrónica. Esto se refiere a “los diferentes efectos y áreas cerebrales activadas, según la fase de la ruptura. Estas “break routines”, son secciones particularmente emotivas de la MEB, que utilizan momentos de “esperados” para inducir una experiencia placentera máxima de excitación en el oyente, y se dividen en tres: El desglose o “breakdown”, que refiere a cuando el ritmo y la intensidad de una pista musical se reduce con la eliminación de varios instrumentos, como el bajo y el bombo. Posteriormente, se produce el “pasaje de acumulación o build-up passage” donde las capas instrumentales se reintroducen gradualmente, y lleva a los oyentes a un momento cumbre. Finalmente, lo prosigue el “pasaje de caída”, donde el bajo y el tambor se «dejan caer» de nuevo en la pista musical, y la ranura principal vuelve—al menos una vez por canción ocurren estas rupturas, y los oyentes esperan que ocurran.

Cómo se produce el efecto emocional

¿Por qué se produce un efecto emocional en estas secciones, y cuál es el papel de la expectativa en todo eso?, es la interrogante que el Dr. Javadi y su equipo intentó resolver.

Para explorar este fenómeno, los investigadores, se sustentaron en una teoría conocida, por sus siglas en inglés, como ITPRA. Está teoría fue desarrollada primordialmente para entregar una explicación de cómo la música es percibida por el cerebro. Según esta teoría, existe (en primer lugar) una fase de imaginación—tenemos un modelo en nuestra cabeza, acerca de la estructura musical, de cómo debería ser ésta. Seguidamente, vendría una fase de tensión—en música sería el build-up mencionado anteriormente—donde existe una tensión debido a que la melodía de los instrumentos comienza a ser más fuerte, más rápidos y compleja. Posterior, comenzaría la predicción—predecimos lo que viene, pero no sabemos cuándo exactamente viene. Finalmente, existe una fase de reacción y de evaluación, que comienza cuando aparece el “pasaje de caída”—una reacción inmediata, donde se presentan altos niveles emocionales, “nos tornamos más animados”—y luego,  se evalúan nuestras emociones con lo esperado.

Por otra parte, en términos de la tensión, y la expectativa que se pueden presentar en el oyente, la teoría del balance contrastivo (contrastive valence theory), da cuenta que las emociones agradables aumentan cuando una respuesta de estímulo positivo sigue inmediatamente a una respuesta negativa. Por ejemplo, supongamos que llevas corriendo un largo tiempo, y te encuentras fatigado y con sed. Imagina que alguien se te acerca y te ofrece una botella de agua. En ese minuto, uno realmente disfruta de esa agua debido a que realmente uno la quería. Ahora, que ocurre si te ofrecen la misma botella de agua, pero un día común y corriente cuando te encuentras trabajando en tu escritorio, y sin la necesidad de estar sediento?

La recompensa placentera es mucho mayor en la primera situación. Por lo tanto, estando bajo tensión, disfrutamos más que cuando no lo estamos. Aquí yace la importancia de la expectativa en el estudio del Dr. Javadi, dado que la tensión que viene “antes del pasaje de caída musical”, te pone bajo presión, y el sólo hecho de remover esa tensión, te pone contento. Ahora bien, lo que ocurre con la MEB, es que no sólo se remueve esa tensión, sino que se acompaña con algo placentero: “la música continúa con algo nuevo y diferente, que nos eleva cuando se cumplen nuestras expectativas”. Es cómo en las apuestas, un día pierdes todo, y al día siguiente recuperas todo lo perdido. En ese momento de recuperación, uno siente “extra” felicidad—aunque estemos en “cero” prácticamente—debido a que recuperamos lo que antes perdimos; es así como comienzan los comportamientos adictivos. Per se, la música entrega lo que tenías, pero porque estábamos bajo presión, y ahora no lo estamos, incrementa nuestra felicidad.

Estas teorías fueron puestas a prueba en el estudio, y los investigadores hallaron que cuatro áreas particulares del cerebro, se encontraron muy activas “antes” y “después” del pasaje de caída. En la etapa previa a este pasaje, el córtex bilateral estaba más activado—área del cerebro que nos hace movernos con la música, nos animamos más—, y el precúneo izquierdo, área altamente relacionada con la tensión antes del cambio predictivo. Un ejemplo (no musical), podría ser cuando nos enfrentamos a una entrevista, esa tensión que se genera antes.

Dentro de los hallazgos posteriores al pasaje de caída, los investigadores encontraron una alta activación del córtex inferior y medio frontal—que además se mostró altamente correlacionado con el placer emocional, por tanto a mayor excitación del participante, más actividad en esta área. Sin embargo, las otras áreas mencionadas, no mostraron correlación con la excitación.

Finalmente, cabe destacar que el córtex medio-frontal está desregulado en pacientes con depresión, y como menciona el Dr. Javadi, “nos encontramos estudiando en mayor profundidad los efectos de nuestros resultados con la depresión”.

De esta forma, los estudiantes del DCDP comenzaron su aprendizaje, entregado por académicos que están a la vanguardia de los nuevos avances en la ciencia.