A un poco más de un año de la partida del profesor de Psicología UDD, Javier Guzmán Piña, sus compañeros del Centro de Estudios en Bienestar y Convivencia Social (CEBCS), le rindieron un sentido homenaje durante el Seminario internacional Promoviendo contextos escolares y comunitarios resilientes: Evidencia nacional e internacional, al que asistieron más de 70 personas, entre amigos, compañeros de trabajo de Junaeb y público interesado en la temática.
Dio inicio a esta actividad el Jefe del Departamento de Salud del Estudiante, José Antonio Zanolli, recordando la importancia del trabajo del psicólogo en el programa Habilidades para la Vida del que fue parte por largos años. Zanolli comentó que “Javier fue un profesional y un amigo excepcional para muchos, pese a que yo no lo conocí, creo que una de las mejores formas de conocer a las personas es a través de sus actos y de cómo sus cercanos hablan de él. Ver la emoción de cómo los profesionales del HPV a lo largo del país se refieren a su trabajo, siempre desde el cariño y el respeto por su persona. Además, Javier llevó el nombre de la institución, de la universidad y del HPV a los más alto en Estados Unidos, reconociendo al programa como uno de los mejores a nivel mundial”.
Tras palabras de la Decana de Psicología UDD, Teresita Serrano, fue el turno del director del CEBCS, Dr. Jaime Alfaro, quien dedicó unas sentidas palabras a su amigo y compañero. “Él está demasiado presente cada día. Todo está aún muy cercano. Siento que no acaba de ocurrir”, comenzó Alfaro. Luego repasó la vida académica de Javier, su amor por la investigación y el trabajo y sus aportes para formar lo que hoy es el Cebcs.
Finalmente, el académico destacó que “Javier nos mostró el poder creativo, transformador y productivo de concertar y aunar voluntades por medio del respeto, la escucha y el diálogo permanente. Es por ello que les invito a guardar este legado que Javier imprimió en su vida y hacerlo parte también de nuestras vidas. Javier está presente en nosotros. Está presente en nuestra memoria y nos acompaña cotidianamente. Gracias Javier por habernos hecho mejores personas y mejor colectivo”, cerró con emoción.
Gracias a la tecnología, también hubo un espacio para que cercanos a Javier estuvieran presentes desde distintas partes del mundo. Desde la Universidad de Boston, su supervisora Jennifer Green envío un video conmemorativo, así como también Daniel Díaz, compañero de clases de Javier, quien hoy se encuentra en Manchester, así como también, el Dr. Michel Murphy, con quien tuvo una especial cercanía académica y también personal por medio del trabajo realizado en el área de la Psicología Social. Finalmente, Francisca y Florencia, su esposa y su hija respectivamente, emocionaron a todos los presentes con emotivas palabras dedicadas a quien hoy ya no las acompaña.
Finalmente, y en representación del programa HPV, Ana María Squicciarini, hizo la presentación del libro “Apoyando el Bienestar en las Comunidades Educativas; Programa Habilidades para la Vida”. Squicciarini también aprovechó la oportunidad de recordar a Javier y los aportes realizados a la creación del HPV.
Contextos resilientes
Tras los homenajes y emotivas palabras durante la primera parte del seminario, se dio paso a la exposición académica del director del Centro de Investigación de Complejidad Social (CICS) de la UDD, Dr. Carlos Rodríguez.
Rodríguez presentó su trabajo “Teoría de juegos y redes de cooperación en la sala de clases” en la que explicó a los presentes su investigación realizada tras un trabajo interdisciplinario. El académico presentó “cómo la posición de un niño dentro de una red de cooperación afecta su desempeño académico, convivencia escolar, comportamientos de bullying y victimización. El trabajo de campo, realizado gracias a un Fondef, se realizó en 14 colegios y 45 salas de clases en San Bernardo. La muestra incluyó a aproximadamente mil niños con una edad promedio de 10 años”.
Prosiguió comentando que “el juego que nosotros hicimos tenía la característica de que todos debían participar. Se juega en pares y cada uno tiene 10 fichas. Ellos tienen la posibilidad de entregar la cantidad de fichas que ellos decidan. Dora, le envió 3 fichas a Bart, mientras que él, le entregó 2 a Dora, y ambas se multiplican. Hay una amenaza en esto, que es la característica intrínseca del dilema social, que Dora le entregue las 10 fichas a Bart y Bart no le entregue ninguna, lo que provocaría una relación asimétrica entre ambos”. Este experimento fue analizado desde la perspectiva de la economía del juego, entregando relevantes resultados sobre el comportamiento.
Luego, fue el turno de la presentación del Dr. Jorge Varela, quien entregó los resultados de su investigación, realizada a través del proyecto Fondecyt Nº 11170746, “El clima escolar como un factor protector de conductas de violencia: identificando aspectos claves para escuelas resilientes”.
Varela presentó a los asistentes que “estudiantes que son víctimas de acoso escolar, tienden a asociarse con menor bienestar en diversos ámbitos de su vida. Lo que se quiso identificar es si comparativamente esto era igual en todos los colegios. Descubrimos que, aquellos niños que tenían mayor apego por su comunidad educativa, este factor de riesgo disminuía y en muchos casos desaparecía”.
Agregó que “la participación de los estudiantes sí es valiosa, aportando al bienestar de los menores en sus contextos educativos”.
Finalmente, y como invitado principal de la jornada, el Dr. Marc Zimmerman, Investigador del Departamento de Comportamiento de la Salud y Educación, Universidad de Michigan, EE.UU., presentó resultados de estudios de este país vinculados a la evaluación e intervención de prevención de violencia en jóvenes en Estados Unidos.
Zimmerman explicó a los presentes que su estudio se realizó en comunidades cercanas donde se detectaron problemáticas sociales, como el abandono de la población juvenil y pocas oportunidades. “En Flint, seleccionamos puntos específicos donde lo que se hizo fue hacer muchas actividades de limpieza y embellecimiento, además de encuentros sociales y entretenimiento, dándole un sentido de comunidad a los residentes”.
“Lo que se hizo, inicialmente, fue investigar las principales necesidades que tenían sus habitantes y también buscar a personas que fueran aliados estratégicos que se empoderaran en su tarea de sacar a esta ciudad de la violencia en la que se encontraba. Para cada vecindario, hay un proceso que se realiza al interior de la universidad, en la que se piensa el programa, pero éste no sería exitoso si no existieran estos “partners” en las comunidades, personas comprometidas, pero quienes además reciben un importante aporte en dinero para asegurar el éxito de las estrategias aplicadas en cada caso”, manifestó Zimmerman.